2025. Una filosofía del espacio y un modo de vida

La diferencia entre un buen y un mal arquitecto es que el malo sucumbe a cualquier tentación, mientras que el bueno se resiste a ella.
— Ludwig Wittgenstein

La elaboración de nuestra filosofía de El Espacio Vacío se gesta para el Silencio interior, factor primordial que permite una experiencia profunda, contemplativa e intemporal, que nos invita a estar presentes, a la quietud, a la calma, a la reunificación con nosotros mismos, a experimentar lo eterno.

Una visión que tiene como principio la búsqueda de la esencia de las cosas y las personas, como un camino para alcanzar la sencillez, ligada a un sistema de valores que proponen el ejercicio de una vida modesta y coherente, Un modo de vida donde pensamiento y acción conjugan en un fenómeno ético de práctica diaria, de virtudes y de excelencia. Una construcción activa donde conocimiento y realidad coinciden, cobijando lo que consideramos justo, bueno, verdadero y bello (Unum, verum et bonum).

Asumimos así la proyección de una Arquitectura Significante, que desde el lenguaje, desde su expresión, acerque a las personas a la captación de La belleza sensible que puede encontrarse reflejada en la materia, a través de la contemplación. Aplicando los conceptos desde el respeto por la disposición natural de las cosas y la exaltación de lo esencial en comunión con el propósito y la utilidad que cumplen.

Una propuesta que comprende que la arquitectura es un instrumento que cobija mucho mas allá de lo físico y de lo plástico. Que profundiza sobre aspectos estéticos, morales, intelectuales, de pensamiento y espirituales. Sensible a las necesidades humanas singulares, en comunión con lo que intuimos, lo que aceptamos, sabemos o logramos comprender. Considerando la vida como práctica ritual, como labor y legado, en la convivencia y en el cotidiano vivir, en la intensión de encontrar el contento, la plenitud, la significación trascendente.

Es la proyección de de un estado de la mente que se refleje en lugares caracterizados por ofrecer un Ambiente Sublime, es la invitación a profundizar en la esencia del habitar, en el ser y la no-mente. Es la promoción de espacios sin adorno y ostentación que permitan el transcurrir de lo esencial de la vida, el «descubrimiento y la iluminación», el cultivo de la paz interior, la transformación mente-cuerpo. Pensamos en quienes encuentran regocijo en el silencio, la soledad y la calma. Alivio en espacios formulados para la contemplación, el tránsito y el ritual, para el retiro o el recogimiento. Espacios donde la sencillez y la moderación sean un lenguaje común. Dónde se posibilite la liberación de los apegos desordenados y las compulsiones, del caos y de las cosas poseídas.

John Hoyos, Arquitecto, Maestro en diseño y gestión de la cultura, Carolina Patiño, Comunicadora gráfica, a fin al arte, la fotografía y a la creación de contenido.

Fotografía

Carolina Patiño

Anterior
Anterior

2018. La historia que nos une

Siguiente
Siguiente

2024. Proyección de una filosofía